Cabreado aún por haber perdido dos puntos de manera tan lamentable en San Mamés, me he pasado todo el día recordando con nostalgia cómo era el sistema del Barça hace dos años y comparándolo con el actual. En apariencia, el puzzle es el mismo, un 4-3-3. Sin embargo, el cambio de piezas que ha sufrido el rompecabezas ha variado la imagen final.