Feliz, feliz en mi día

Ejem. Cosas de estar registrado en la web de Ronaldinho. El jueves recibí este simpático (aunque «robotizado») mail de parte de nuestro crack venido a menos. Tampoco está mal, teniendo en cuenta que otros de mi «entorno» olvidaron con facilidad que me caían los 35.

Lo que ya no entendí muy bien es lo de «yo también tengo una pequeña sorpresa para ti«. Por más que busqué en el mail algún enlace, por más que buceé en la web del Gaúcho, no encontré por ningún lado la sorpresa prometida. ¿Será la sorpresa que el 14 de julio se va a presentar en Barcelona en forma física impecable, con sangre en la mirada y un hambre de títulos de no te menees? Si así fuese, he de decir que sería uno de los mejores regalos de cumpleaños que se me han hecho en la vida. ¿Será que se va a ir la Milan por un pastón, para dejar un buen dinerito en las arcas del club de mis amores? No parece. Creo que si la cosa se tratara de hacer dinero con el brasileño, la jugada sería quedárselo un año más y conseguir ponerlo a tono.

¿Cuál será la «sorpresa de Ronaldinho»? En cualquier caso, Ronnie amigo, no te hagas de rogar mucho y sácanos de dudas pronto a todos los culés, que mi cumpleaños fue el 26 de junio y los regalos tardíos suelen quedar muy sosos.

Crema catalana: Vaya mi apoyo total a la Selección Española por la ocasión histórica de mañana. Espero poder escribir un post al respecto el lunes. Por otro lado, mi apoyo se reparte también con los chicos del Barça Juvenil que dentro de media hora se juegan la Copa del Rey juvenil en Aranda de Duero contra el Sevilla. Este año, los títulos vienen del hockey y del fútbol base. Bienvenidos sean.

Sobrasada: Aterrorizado me siento con la entrada en escena de Sandro Rosell, en una rueda de prensa en la a pesar de no decir absolutamente nada, fue aplaudido por el zoo mediático (sobre todo del Grupo Godó) que se había reunido para la ocasión. Hay quien le llama oportunista. La palabra que yo escojo es traidor, y con su actitud empiezan a desvelarse algunas verdades de la relación de Sandro con la actual junta directiva. Cuando hace dos años tuvo la ocasión de presentarse a las urnas democráticamente en unas elecciones, escurrió el bulto de manera harto sospechosa. Ahora que otros le han hecho el trabajo sucio (Oriol y Moi-Castellví con Minguella en la sombra), surge como «salvador del club». Me temo, Sandro amigo, que para muchos culés como yo estás perdiendo la buena imagen que tenías.