Suma y sigue

Importantísimo triunfo. Más allá del significado que puede tener un título dirimido en dos simples partidos, está la continuación de la inercia ganadora del equipo de Pep. Como ya dije unos días, lo más importante es que el aura campeón de este Barça se prolongue todo lo posible para ir minando desde el principio la moral de los rivales. Pep sigue siendo el único entrenador de toda la historia que aún no ha perdido ningún título oficial con un primer equipo. Y el viernes esta gesta puede agrandarse más con la Supercopa de Europa.

No olvido, sin embargo, lo que ocurrió en 2006 con Rijkaard. El equipo, tras la consecución de aquel maravilloso doblete que ha quedado minimizado por la temporada perfecta de Guardiola, comenzó levantando la Supercopa de España ante el Espanyol pero tropezó ante el Sevilla en Mónaco. Y aquel fue el principio del fin. Ninguno quisimos creerlo, y es justo desde aquí reconocerle a Csai y a su blog Lluvia Blaugrana que él fue el primero en ver «algo raro». No le faltó razón… y el resto es historia.

Pero a lo que vamos: este Barça es diferente a aquel. Diferente en jugadores (ya no están Ronaldinho, Deco, van Bommel, Motta, Giuly, Belletti, Gio, etc, etc, etc, y contamos con Henry, Piqué, Touré, Alves, Bojan, Ibrahimovic…), diferente en staff técnico y diferente, sobre todo, en sensaciones. Es curioso cómo la plantilla hace tres años pareció creer que todo estaba hecho y que la inercia ganadora duraría 5 años más. Por el contrario, la plantilla actual no se cansa de ganar, de generar ocasiones, de ir a por más, de ganar títulos. Nadie reserva fuerzas para otros partidos porque con Pep nadie tiene el puesto asegurado y, lo más importante, todos se sienten útiles y partícipes en mayor o menor medida. Ya veis que el «secreto» del Barça es de sobra conocido… pero muy poco imitado. No hay cojones. A excepción del Athletic (todo corazón, pero sin rodaje) y del Barça, a ver quién es el guapo que se juega los títulos con tantos canteranos. Y luego hay que aguantar que le chillen a uno «No sois españoles, sois hijos de puta». Oír para creer.

El partido de anoche contaba con dos únicos puntos de interés: averiguar cuánto tardaría Iraizoz en encajar un tanto y comprobar si alguno de ellos lo marcaba Ibrahimovic. En el primer punto el Athletic sacó nota, que se defendió con orden, uñas y dientes, y dejó al Barça sin marcar en el primer tiempo. El ataque bilbaíno, en cambio, ya era otro cantar.

En cuanto a la segunda cuestión, tanto Zlatan como sus compañeros harían mal en obsesionarse. No se le exigirá al sueco desde el banquillo que marque goles, sino que juegue como lo hizo en el primer gol de Messi, dando una asistencia a la primera que se cargó todo el dispositivo defensivo vasco. Ese es el juego de Ibracadabra: la visión de juego que le proporcionan sus 192 centímetros de altura. Gambeteo de Messi y la Copa al bolsillo.

Antes de eso a punto estuvo el 9 de marcar en un bello escorzo que sacó el excelente Iraizoz (¿Gorka selección? No me parece mal), y en un remate de cabeza que encontró el mismo destino. Y poco más, que no están las piernas para muchos bailes aún. El sueco dejó su sitio para que entrara el pillo Bojan, que este año sí que le veo aprovechando como es debido sus escasas oportunidades. Él solito falló en un control que le devolvió el balón a la defensa rojiblanca, pero la fe del de Linyola es inquebrantable: luchó el esférico y acabó timando a los rivales y regateando al cancerbero vasco para poner la pelota sobre la línea de gol y empujar el esférico tímidamente. 3-0. Se acabó el cuento. Antes de eso, Messi había vuelto a marcar en un inexistente penalti a Alves en una jugada que, de todos modos, había terminado en gol de Ibrahimovic. Esperemos que la prensa antibarcelonista no se cebe en la jugada, porque el arbitraje de anoche fue de todo menos sospechoso.

Mención aparte merecen Henry, Alves y Touré, que cuajaron un grandísimo encuentro. Sobre todo el africano, que acabó jugando de central ante las molestias en una rodilla de Piqué. La Yaya es la Yaya, amigos. Le voy a echar dos narices y voy a decir que es tan imprescindible en el centro del campo como Xavi.

Que siga la fiesta. Para cuando se pueda decir con argumentos que el Real Madrid tiene posibilidades de imitar el triplete, el Barça DEBE haber ganado ya el minitriplete (las Supercopas y el Mundialito), como clara tarjeta de presentación y declaración de intenciones. Este Barça no puede pararse aquí. Palabra de Pep.

CREMA CATALANA: Uno de los mejores fichajes del año (y del futuro) es la noticia de la firma de contrato con el primer equipo por parte de Pedro Rodríguez. Este chaval nos va a levantar de la butaca más de un día y de dos. Al tiempo.

CAGANER: El único puntillo extraño que vi ayer fue la extraña situación cuando el Barça recogía las medallas de campeón a pie de campo. Laporta quiso fundirse, como hizo con todos los demás, en un abrazo con el capitán Puyol. No se sabe si por estar todavía concentrado en el partido o porque la renovación de su contrato se está ampliando más de lo necesario, el bueno de Carles correspondió al abrazo de manera un tanto forzada. Espero que solo sean paranoias mías, porque el capi es un pilar del barcelonismo como no lo había desde Migueli. No me gustaría nada que acabara su carrera en el Barça como el propio Guardiola, jugando en el extranjero. Carles es Barça, y el Barça es Puyol.